Después de más de tres décadas de abandono, el tren volvió a recorrer los rieles que conectan la ciudad de Buenos Aires con la ciudad de Mendoza. Sin embargo, el trayecto que antes tardaba 18 horas ahora tarda 28. Esta situación ha generado preocupación entre los pasajeros y ha dejado en evidencia las deficiencias en el sistema ferroviario argentino.
La historia del tren a Mendoza se remonta al siglo XIX, cuando se inició la construcción de la línea férrea que uniría Buenos Aires con la ciudad de Mendoza. La construcción fue una odisea que se prolongó durante décadas, enfrentando desafíos geográficos y financieros. Finalmente, la línea férrea fue inaugurada en 1910, convirtiéndose en una de las obras más importantes de la época.
Sin embargo, en las últimas décadas, el sistema ferroviario argentino ha sufrido un abandono significativo y la línea de tren a Mendoza no fue la excepción. En 1993, los servicios de pasajeros fueron suspendidos debido a la falta de inversión y mantenimiento en la infraestructura ferroviaria.
En los últimos años, se han realizado esfuerzos para restaurar y modernizar el sistema ferroviario argentino, lo que permitió que el tren a Mendoza vuelva a funcionar. Sin embargo, el servicio ha sido criticado por la lentitud y la falta de comodidades para los pasajeros.
Según los informes, el viaje de 28 horas entre Buenos Aires y Mendoza se debe en parte a la necesidad de reducir la velocidad en varios tramos debido a la falta de mantenimiento de las vías y el equipo ferroviario. Además, el servicio carece de comodidades básicas, como aire acondicionado y servicios higiénicos adecuados.