La Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) definirá este miércoles en Washington si incrementa la tasa de interés de referencia en su objetivo por controlar la inflación y en cuánto lo hace, en medio de la incertidumbre que se adueñó del sistema financiero tras el colapso de dos bancos estadounidenses y uno europeo.
Después de un año de aumentos de tasas permanentes como consecuencia del aumento de la inflación, el organismo se enfrenta un escenario muy complejo por el derrumbe de bancos que trasladó los temores de una crisis financiera a todo el sistema.
Por un lado, si aumenta la tasa de interés en una gran magnitud, corre el riesgo de afectar severamente el nivel de actividad, los precios de los activos y desactivar los estímulos para la inversión, lo cual podría llevar al inicio de un ciclo recesivo.
Por otro lado, si elige un sendero de ajustes de un menor ritmo y tamaño, se enfrenta al peligro de tener que convivir con una tasa de inflación durante mucho tiempo, lo que a largo plazo también afectará el nivel de actividad, el precio de los activos, el valor del dólar, pudiendo terminar también en una recesión.