En un reciente discurso ante el Comité de Servicios Armados del Senado de los Estados Unidos, la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur, ha acusado a China de estar manipulando a los gobiernos de Latinoamérica. Faller argumentó que China busca «erosionar la democracia» en la región y que está involucrada en «actividades malignas».
En su discurso, Richardson afirmó que China está trabajando para influir en los gobiernos de la región, tanto a través de la inversión económica como de la promoción de su modelo político y económico. Según la almirante, China está buscando socavar la influencia de Estados Unidos en la región y reemplazarla con la suya propia.
Richardson también acusó a China de estar involucrada en actividades ilícitas, como el tráfico de drogas y la corrupción. Según ella, China está utilizando estos métodos para ganar influencia en la región y socavar a los gobiernos que no están alineados con sus intereses.
Las acusaciones de Richardson se producen en medio de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China en la región. La competencia entre las dos potencias ha aumentado en los últimos años, con Estados Unidos viendo a China como una amenaza a su hegemonía en la región.
China, por su parte, ha negado las acusaciones de Richardson y ha defendido su papel en la región. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, ha declarado que las acusaciones de Richardson son infundadas y que China busca trabajar con los países de la región para lograr un desarrollo conjunto.
Sin embargo, las acusaciones de Richardson reflejan una preocupación creciente en Estados Unidos por la creciente influencia de China en la región. Si bien la región ha sido históricamente un área de influencia de Estados Unidos, China ha estado trabajando para cambiar eso en los últimos años, invirtiendo en infraestructura y ofreciendo préstamos a los países de la región.