El presidente de SpaceX, Gwynne Shotwell, reveló recientemente que la compañía ha tomado medidas para impedir que las fuerzas ucranianas utilicen la tecnología clave de los satélites Starlink en sus drones, que son un componente clave de su lucha contra Rusia. La admisión de Shotwell confirma la creencia de larga data de que Elon Musk y la compañía están incómodos con el uso militar de Starlink por parte de Ucrania.

«Hay cosas que podemos hacer para limitar su capacidad de hacerlo», dijo Shotwell a los periodistas. «Hay cosas que podemos hacer, y que hemos hecho». Al argumentar con los periodistas después, Shotwell argumentó que Starlink había enviado unidades a Ucrania para «mantener los bancos en funcionamiento, los hospitales, mantener a las familias conectadas.» Sin embargo, agregó que «nunca se pretendió convertir [Starlink] en un arma» y que los ucranianos lo han utilizado de formas no intencionadas y que no formaban parte de ningún acuerdo.

«Sabemos que los militares los están usando para comunicaciones, y eso está bien», añadió Shotwell. «Pero nuestra intención nunca fue que lo utilizaran con fines ofensivos».

El uso de la tecnología de SpaceX en Ucrania ha sido tema de discusión en los últimos meses. En octubre, se informó que la señal de Starlink se había restringido y no estaba disponible más allá de la línea del frente mientras las tropas ucranianas intentaban avanzar, obstaculizando esencialmente sus esfuerzos por recuperar territorio de los rusos. Esto alimentó las acusaciones de que Musk estaba doblegándose ante Rusia.

Sin embargo, las tropas ucranianas han elogiado rotundamente a Starlink como una pieza de tecnología satelital que ha cambiado el juego y les ha permitido mantener las comunicaciones y apuntar mejor a las fuerzas rusas con artillería y drones. Después de recibir elogios tanto de Ucrania como del mundo, CNN obtuvo documentos exclusivos que mostraban que SpaceX estaba intentando que el Pentágono empezara a pagar miles de terminales, junto con su costosa conectividad, para los servicios militares y de inteligencia de Ucrania. Miles de unidades también habían sido adquiridas silenciosamente por terceros países para Ucrania.