Las empresas chinas están tomando el control de la inversión en litio en América Latina, gracias a su estrategia de adquirir participaciones en minas y de invertir en la exploración de minerales. Según un informe del Congreso de Estados Unidos, esto otorga a China un importante control sobre las cadenas de suministro de minerales clave utilizados para producir tecnologías de energía limpia como el litio, cobalto, cobre y tierras raras.

En 2022, la empresa china Ganfeng Lithium completó la adquisición de Bacanora Lithium por 253 millones de dólares, que está construyendo la mina de litio más grande del mundo en el desierto mexicano de Sonora. Además, la compañía china también adquirió Lithea, una empresa argentina con derechos sobre dos lagos salados de litio en Argentina, con una inversión de 962 millones de dólares. En total, las empresas chinas adquirieron alrededor de 6.4 millones de toneladas métricas de reservas y recursos de litio en 2021, superando a las empresas estadounidenses que invirtieron 1,400 millones de dólares.

Los bancos políticos chinas como el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportaciones e Importaciones de China (China EXIM) apoyan aún más la estrategia minera de China al financiar las inversiones de las empresas estatales en todo el mundo. En 2007, China EXIM proporcionó 6,000 millones de dólares en financiación para proyectos de infraestructuras y minería en la República Democrática del Congo a cambio de la propiedad de 68% de una de las mayores minas de cobre y cobalto de África.

Además de adquirir participaciones en minas, China también se ha convertido en un centro mundial de refinado y procesamiento de materias primas, lo que les otorga influencia sobre las cadenas de suministro de minerales críticos. Según un estudio, China controla alrededor del 85% del refinado mundial de tierras raras.

En conclusión, las empresas chinas están liderando las inversiones en litio en América Latina y en el resto del mundo. Con el apoyo de los bancos políticos chinas, las empresas estatales chinas han adquirido participaciones en minas y han invertido en la exploración de minerales clave, dándoles control sobre las cadenas de suministro de minerales utilizados para producir tecnologías de energía limpia.