Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Los ideales como moneda de cambio. El caso Carrancio

A medida que envejecemos vamos cambiando, vamos evolucionando hacia un ideal corregido por nuestro propio sentir.

A veces, hay personas que atraviesan todas las contradicciones de la vida en un sólo momento, o un sólo mandato, como en el caso del concejal marplatense Alejandro Carrancio.

Como persona que ama la política, Carrancio vive una adultez difícil, traumática. En apenas un puñado de años, se sintió atraído por el peronismo, por el massismo, por el PRO y por Milei. No hay ser humano que salga ileso mentalmente de una lucha política e ideológica interna tan feroz.
Carrancio lo enfrenta sólo y los errores conceptuales y éticos no tardaron en notarse.

En menos de 24 meses, pasó de apoyar a Santilli y destacar a Rodríguez Larreta a defenestrados cuando surgió la posibilidad de pelear por un nuevo período como concejal, de la mano de Milei (el próximo año, cuando termine su mandato por Juntos por el Cambio).

Carrancio fué un fuerte aliado político del intendente Montenegro. Hoy busca la continuidad con cualquier argumento que se pueda acomodar para hacer daño a la gestión municipal y al espacio político que le dió la posibilidad de estar donde está.

El problema es que el concejal no tiene nada que ver con los ideales de Milei. Hace apenas unos meses tomó la bandera del gremio de guardavidas y pidió que el ejecutivo les otorgue una cantidad de horas extras imposibles de afrontar: “estoy de acuerdo con que haya 180 días de servicio” afirmó el concejal. Seis meses de playas con guardavidas es la idea más descabellada desde que alguien propuso techar la Peatonal San Martín.

Las ideas que promueve Milei, fundamentalmente, van contra todo incremento del gasto público, sobre todo, si se trata de “crear necesidades para generar mayor gasto”.

Tal es así, que el líder libertario justificó su voto en contra de realizar estudios prenatales para detectar cardiopátías congénitas que constituyen una de las mayores causas de muertes pediátricas. «Implica más presencia del Estado interfiriendo en la vida de los individuos e implica más gastos. Eso no funciona así» justificó Milei en una entrevista hace pocos días agregando que el bloque de La Libertad Avanza, único que rechazó el proyecto, «votó en función del ideario liberal».

Carrancio apoya el voto contra la posibilidad de detectar un potencial causal de muerte en bebés porque ello implica un gasto, pero presiona al gobierno del que formó parte para que haya guardavidas en las playas hasta en invierno. “Si los carteles indican prohibido bañarse, el Estado no tiene porqué gastar poniendo guardavidas si hay inconscientes que se meten al mar igual. Son libres de ahogarse sin aumentar el gasto” le respondería Milei a Carrancio.

Para no pasar desapercibido, el concejal “libertario” afirmó hace días que la gestión de Montenegro sumaba un empleado municipal por día. Aparentemente lo calculó desde el inicio de gestión, o sea, tomando los casi dos años en los que el propio Carrancio representaba y defendía a Montenegro como presidente del bloque oficialista y los proyectos de presupuesto. Durante esos dos años, aparentemente no notó el crecimiento en el número de empleados.

Inmediatamente, desde el bloque que él mismo presidìa le respondieron con los nùmeros sobre la mesa: «No solo disminuyó la planta sino que a pesar de la merma, reforzó áreas clave como Seguridad, Salud y Desarrollo Social”, indicó el concejal Agustìn Neme. «En noviembre de 2019 había 5.578 agentes, donde no estamos contando ni guardavidas ni docentes. Si tomamos los sueldos que se abonaron en agosto de 2022, vemos que hay 5.542 agentes». Además, destacó que «no solo se redujo la planta», sino que se reforzaron áreas claves como Salud durante la pandemia. “Si se tienen en cuenta los entes descentralizados, esa diferencia aumenta a 60, contemplándose tanto altas como bajas por despidos, renuncias o jubilaciones” aclaró el representante del ejecutivo municipal.

Lo llamativo es que Alejandro Carrancio fue protagonista cuando el Honorable Concejo Deliberante entró en default. Es que se vivió un històrico festival de módulos, siendo Carrancio quien más sueldos a disposición tenía para gastar en personal. Por esos excesos, en 2019, el HCD agotó sus recursos en el mes de octubre, quedando sin fondos para pagar los sueldos en lo que restaba del año.
“Carrancio llevó al Concejo al default y presiona para ser presidente; excesos y abusos con sus módulos” titulaba el medio local MDPHOY el 14 de noviembre de ese año.

Local sí, bloque no

Recién “renunciado” de Juntos por el Cambio junto a sus compañeros de Crear, Carrancio formó una alianza con el concejal Nicolás Lauría, quien también se había ido del bloque oficialista por desacuerdos en el armado de listas.

Los dos concejales formaron el bloque Crear Juntos (era la sumatoria de los nombres de los dos espacios y una forma de avisar que seguían en Juntos, por poco tiempo).

La semana pasada, Lauría, Presidente del bloque, propuso cobrarle una tasa a los turistas. Su compañero de bloque, el libertario Alejandro Carrancio afirmó: “Nunca verán levantar mi mano para aprobar este disparate. Nuestra ciudad y nuestro país, necesitan menos tasas e impuestos”, remarcó.

Ahora, después de reciclar un local que usara para presentar la propuesta vecinalista Crear, Carrancio inauguró el espacio de Milei en Mar del Plata. Generalmente, cuando un concejal se suma a una nueva fuerza política, antes que alquilar un local se suele crear un bloque legislativo que represente a su nuevo líder. Milei tiene concejal pero, ¿por qué no tiene bloque político en el HCD? La respuesta es simple: si abandona el bloque que comparte con Lauría para formar el libertario, perdería la presidencia de la Comisión de Hacienda y junto con ello… recibiría menos módulos.

Carrancio se mantiene en un bloque con un compañero y presidente de bloque que para él, presenta disparates, pero no forma el bloque Libertario para no perder esos ingresos extras que le da la Presidencia de una comisión a la que llegó por Juntos por el Cambio.

“Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”, dijo Groucho Marx.

Por Joaquín Gayone
Agencia País