Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Ola de bombas rusas sobre Ucrania y repudio generalizado de los aliados a Moscú

Al menos 11 personas murieron y 89 resultaron heridas tras la mayor campaña de ataques en meses, según la policía ucraniana.

La agencia ucraniana Ukrinform le puso cifras al ataque: fueron 84 misiles de crucero y 24 vehículos aéreos no tripulados -incluidos 13 Shahed-136 iraníes- y Kiev logró destruir 56 objetivos, incluidos 43 misiles de crucero y 13 vehículos aéreos no tripulados.

Los bombardeos se producen en una aparente represalia a la explosión que destruyó parcialmente el sábado el puente que conecta la península de Crimea con Rusia continental, clave para el envío de suministros a las tropas rusas en Ucrania.

Dirigiéndose a su Consejo de Seguridad, el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que si continuaban los «intentos de ataques terroristas» por parte de Ucrania, las réplicas serán «severas».

Su predecesor y número dos del Consejo de Seguridad, el expresidente Dmitri Medvedev, afirmó que los bombardeos solo eran el «primer episodio» y reclamó el «desmantelamiento total» del poder político ucraniano.

Desde Nueva York, Guterres, al mando de la ONU, evaluó que las agresiones «constituyen otra escalada inaceptable de la guerra», según su portavoz, Stephane Dujarric.

Mientras, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aliado de Putin, acusó a Lituania, Polonia y Ucrania de preparar ataques contra su país y anunció el despliegue de tropas conjuntas con Rusia.

«Ayer, mediante canales no oficiales nos alertaron sobre un ataque en preparación desde territorio ucraniano contra Bielorrusia», que limita con el norte de Ucrania, dijo Lukashenko, según la estatal agencia bielorrusa Belta.

Pero más tarde, el mandatario amplió sus acusaciones e incluyó a Polonia y Lituania, los dos países que limitan con el oeste de Bielorrusia.

En un discurso a la nación, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que la mañana había sido «difícil» y explicó que el objetivo de las fuerzas rusas era el sistema energético y los civiles.

El líder ruso también informó que las bombas rusas tuvieron como objetivo ciudades como Dnipró y Zaporiyia, en el centro del país, y Leópolis, en el oeste.

Según el primer ministro ucraniano Denis Chmygal, 11 estructuras importantes fueron dañadas en ocho regiones y en la capital.

El Ministerio de Defensa rusa confirmó haber apuntado contra las infraestructuras energética y militar y la de comunicaciones de Ucrania.

Parece haber logrado al menos algo de éxito, porque Ucrania anunció que desde este martes suspende los suministros de energía eléctrica a la Unión Europea (UE) justamente por los ataques.

«Ucrania deja de exportar electricidad debido a los ataques con misiles rusos contra instalaciones energéticas», señaló un comunicado del Ministerio de Energía, que remarca la necesidad de Kiev de “estabilizar su propio sistema energético».

El jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, estimó por su parte que Putin está «desesperado a raíz de las derrotas en el campo de batalla», y por eso usa «el terrorismo de los misiles para intentar cambiar el ritmo de la guerra a su favor».

Los ataques a la capital renovaron los repudios de los aliados de Ucrania: Reino Unido tachó los ataques de «inaceptables», la Unión Europea y Polonia dijeron que se trataba de «crímenes de guerra», Francia prometió incrementar la ayuda militar y Alemania dijo que era inminente la entrega de un primer sistema de defensa antiaérea a Kiev.

El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, también condenó los «horribles e indiscriminados» ataques.