La renuncia presenta una oportunidad importante de reencausar el ministerio con una conducción que logre resultados reales, efectivos e importantes vinculados a las innumerables y graves problematicas que atraviesan miles de mujeres en argentina. Hasta ahora, el ministerio ha funcionado como un generador de de actividades y folletería que ha servido para justificar la enorme estructura de inversión en un tema sumamente importante pero sin ningún resultado favorable en la práctica.

La ahora ex funcionaria afirmó que “los hechos de público conocimiento desatados en Villa Mascardi por el desalojo ordenado contra la comunidad Lafken Winkul Mapu, en el que se produjeron detenciones de mujeres y niñxs, con participación de fuerzas federales me resultan incompatibles con los valores que defiendo como proyecto político”.

Gómez Alcorta se manifiesta de manera crítica por “el encarcelamiento, la denegatoria de la excarcelación para todas ellas y aún más a una mujer embarazada de 40 semanas, la incomunicación y el traslado a más de 1.500 kilómetros de su lugar de residencia”, ya que “constituyen violaciones evidentes a los derechos humanos”. Y si asegura que la jueza subrogante Silvina Domínguez tuvo “responsabilidad directa” en las instrucciones del desalojo, “la misma amerita una respuesta política contundente por parte del Ejecutivo Nacional”.

“En lo personal, siento que con este hecho se ha transpuesto un límite, por lo que debo dar un paso al costado para que otra persona tome a su cargo la importante responsabilidad de estar al frente de este Ministerio”, sostiene en la carta.