Ucrania y Rusia se declararon este miércoles optimistas, aunque por distintos motivos, con respecto a una posible solución de sus tensiones militares luego de una reciente serie de gestiones diplomáticas de alto nivel, aunque Estados Unido volvió a denunciar la llegada de más tropas a la frontera y el Reino Unido se declaró dispuesto a mover 1.000 soldados más a la zona.

Rusia concentró a decenas de miles de soldados en su frontera con Ucrania en los últimos meses, lo que desató temores de Occidente de que quiera invadir a su vecina exrepública soviética, aunque Moscú negó tener esos planes.

Igual, aprovechó la crisis para exigir garantías de que ese país no se adherirá a la OTAN, la alianza militar transatlántica liderada por Estados Unidos, algo que considera una seria amenaza para su seguridad.

«Hoy existen posibilidades reales de un arreglo diplomático», declaró el canciller de Ucrania, Dmytro Kuleba, al recibir a su homólogo español José Manuel Bueno, tras la visitas del presidente francés Emmanuel Macron del martes a Kiev y del lunes a Moscú.

Según el funcionario, la situación es «tensa, pero bajo control».

Macron se reunió el martes con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y luego aseguró que el mandatario ruso, Vladimir Putin, le había prometido el lunes no ser «la causa de la escalada».

Kuleba consideró también que las sanciones elaboradas por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos en caso de una invasión rusa y que «prevén decisiones sin precedentes, muy dolorosas para Rusia» son un elemento disuasivo importante.

Rusia provocó las tensiones actuales porque «trata de vengarse por la derrota de la URSS (Unión Soviética) en la Guerra Fría», opinó, según informó la agencia de noticias AFP.

Ahora, agregó, «se trata de preservar toda la arquitectura de seguridad en Europa» construida en los últimos 30 años.

Rusia y Ucrania están fuertemente enfrentados desde 2014, cuando el entonces gobierno ucraniano afín a Moscú fue derrocado por una ola de protestas y reemplazado por el actual, que es nacionalista, antirruso y prooccidental.