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El Banco Central compró US$ 1.500 millones el último mes, diez veces más que en marzo 2020

Desde diciembre del año pasado que la autoridad monetaria acumula compras netas de dólares en el mercado de cambios por cerca de US$ 2.900 millones: en diciembre fueron US$ 608 millones, en enero US$ 157 millones, en febrero US$ 633 millones y en marzo cerca de US$ 1.500 millones.

El Banco Central (BCRA) compró unos US$ 1.500 millones en marzo, más de diez veces que el acumulado en marzo de 2020 cuando había adquirido apenas US$ 135 millones, e hilvanó el cuarto mes consecutivo de intervenciones netas positivas en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).

Desde diciembre del año pasado que la autoridad monetaria acumula compras netas de dólares en el mercado de cambios por cerca de US$ 2.900 millones: en diciembre fueron US$ 608 millones, en enero US$ 157 millones, en febrero US$ 633 millones y en marzo cerca de US$ 1.500 millones.

El dato de marzo es el más alto desde noviembre de 2019, cuando se habían sumado por esta misma vía US$ 2.202 millones.

Aun así las reservas internacionales, que cerraron el mes en US$ 39.597 millones, sólo se incrementaron en US$ 945 millones en el mismo período, según los últimos datos ​del BCRA.

El dato de marzo es el más alto desde noviembre de 2019, cuando se habían sumado por esta misma vía US$ 2.202 millones
Esto se debe a distintas cuestiones: desde noviembre de 2020 se cursaron pagos por US$ 777 millones a organismos internacionales; el oro y el yuan, dos de los activos que posee el Banco Central, sufrieron fluctuaciones; y también hubo intervenciones en el mercado bursátil para estabilizar la brecha entre la cotización del dólar mayorista y los paralelos (MEP y CCL).

En los últimos meses la intervención del Banco Central y de otros organismos oficiales en el mercado de bonos logró que la brecha entre ambas cotizaciones se mantuviera por debajo del 60%, menos de la mitad del récord que alcanzó en octubre último, cuando había superado el 130%.

Para lograr este objetivo el BCRA usó parte de los dólares provenientes del superávit comercial para comprar bonos nominados en dólares -el más usado es el AL30- para luego venderlos contra su par en pesos y, así, desinflar la cotización bursátil.

«Cuando uno mira la totalidad de las compras, sólo alrededor de un 25 o 30% fue lo que se trasladó a reservas. Esto se debe a que parte se usó para cursar pagos a organismos internacionales y otra para la intervención en la brecha cambiaria», detalló el director de la consultora EcoGo, Martin Vauthier.

«Si no estuvieran esas intervenciones, hoy la brecha sería más elevada y habría una menor liquidación de dólares del sector agroindustrial», aseguró el economista.

En ese sentido, que la brecha esté controlada «permite que se dé un círculo que hoy es virtuoso porque el campo liquida, el Central compra dólares y con eso tiene margen para intervenir», por lo cual «es razonable que el Central preste atención a la brecha e intervenga».

No obstante, señaló que esta situación «no es algo que pueda durar para siempre».

Según cálculos del economista director del Cesur, Amilcar Collante, el BCRA destinó unos US$ 650 millones en la recompra de bonos para contener la brecha cambiaria en todo 2021, una cifra significativa pero muy pequeña si se la compara con los US$ 1.472 millones que se llegó a vender en un sólo día para controlar el dólar en abril de 2018.

«El desafío del Banco Central es tener los dólares para el control de la brecha y el pago de importaciones y de deuda. Si viene bien la cosecha y no se caen los precios de las materias primas debería tener para todo. El tema es qué pasa en el segundo semestre», apuntó.

Según Collante, la intervención en el mercado paralelo «es una respuesta de urgencia financiera pensando en el cimbronazo que hubo en octubre», pero que está empezando a darse «una dicotomía entre usar dólares para controlar la brecha o dar más flexibilidad a las importaciones y, así, acelerar la actividad económica».

Por su parte el director de Epyca Consultores, Martin Kalos, sostuvo que intervenir en el mercado bursátil «implica correr el riesgo de enamorarse de una medida de emergencia y creer que puede sostenerse en el tiempo».

«Es una táctica que fue necesaria y que tiene sus ventajas de corto plazo ya que permitió bajar la brecha y desincentivar la especulación, pero si se sostiene se corre el riesgo que el día de mañana no tener los recursos para contener una nueva subida», dijo Kalos.

Según su análisis, el Gobierno «debería aprovechar para acumular reservas» y, en cualquier caso, «que haya una brecha un poco más amplia y administrada».

«Sería una buena idea acumular reservas y, sin que se exceda, tener una brecha que es lógica. El día de mañana eso permitiría tener esta herramienta disponible cuando se la necesite y que pueda frenar una corrida contra los dólares paralelos», afirmó.