El diputado vidalista y candidato a continuar la actual gestión al frente de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, asegura que gracias a la alianza estratégica con el PRO, la Unión Cívica Radical ha recuperado la vocación de poder.

Cómo fueron los resultados de 2015 a la fecha y cuáles fueron los logros que el PRO ayudó a conseguir?

La estrategia de Salvador y Abad para las elecciones del año pasado fue no cortar boleta y apoyar a Vidal hasta el final e instalando la frase de Macri: “sí, se puede”.
Según el sitio político Letra P, esa estrategia llevó a la UCR bonaerense a hundirse con el barco de Macri-Vidal. Lo paradójico fue que los propios candidatos del PRO sí cortaron boleta y muchos lograron retener sus distritos.

En resumen, el PRO utilizó a la UCR para sumar votos a pesar de dejarlos alicaídos en sus distritos pero les permitió a sus propios candidatos cortar boleta y quedarse con los municipios. Como resultado del trabajo conjunto entre el PRO y Abad (mano derecha de la ex gobernadora), la UCR se inmoló mientras que el PRO habilitaba a los suyos a ir por separado para no perder territorio propio.

Es cierto que la UCR y el PRO se beneficiaron sustancialmente pero no por un acuerdo entre esas dos partes sino por el impulso que significaba Cambiemos como alternativa al kirchnerismo.
Esa alianza opositora llegó al gobierno por ir juntos y junto a otros espacios que incluso, como el caso de CC-ARI, se ven electoralmente representados por una sola persona.

En el año 2011, el radicalismo ganó 19 intendencias. El PRO, nuevo fuera de CABA, logró una. Ya en 2015, como alianza consolidada, el radicalismo obtuvo 39 intendencias (20 más que las que tenía) y el PRO también 20 (19 más). La ganancia fue pareja, pero está claro que sin los 39 distritos ganados por la UCR, Cambiemos no hubiera logrado llegar al gobierno.

Lo que se discute es, si una vez ganada la elección, la UCR ocupó una cantidad de cargos proporcionales a su influencia electoral. Claramente no.
Cualquier cálculo rápido hacía suponer que con una relación 66/34 de influencia electoral dentro de Cambiemos en provincia de Buenos Aires y la trayectoria de decenas de dirigentes políticos experimentados/as, el radicalismo obtendría por lo menos la mitad de ministerios, secretarías y direcciones provinciales.

La coalición Cívica obtuvo mayoritariamente lugares en las listas de concejales y legisladores provinciales. La UCR, también legisladores pero casi nula representación en el ejecutivo provincial, por lo menos para destacar. La UCR formó parte de la coalición oficialista pero no del Gobierno.

Si bien desde el PRO e incluso desde el oficialismo Radical de Salvador y Abad afirman que una clave para ganar fue la figura de Vidal, no se hace mención que la vicejefa de gobierno porteño competía contra uno de los políticos con peor imagen de la Argentina y sobre todo, de la Provincia de Buenos Aires.

Tan parejo porcentualmente es el desempeño del PRO con el de la UCR que el 2019 ambos partidos perdieron 3 intendencias cada uno, manteniendo al radicalismo con 36 y el PRO con 17.

Los triunfos y fracasos fueron parejos, pero en el balance, el PRO es el gran beneficiado por la alianza con la UCR, ya que cuando los boinas blancas contaban con una veintena de intendencias ellos no tenían ninguna y hoy, apenas un par de elecciones después, el partido de Vidal-Macri-Larreta gobierna 17 municipios en territorio bonaerense.

Tiene razón Abad al decir que el radicalismo está vivo, pero en realidad nunca estuvo muerto, por lo menos a nivel municipios. Gracias a esa fuerza territorial concreta de la UCR en tantos municipios, Cambiemos le ganó al peronismo en la provincia de Buenos Aires.

La direfencia entre el oficialismo de Abad y la propuesta de Posse

Habría que esperar a saber si Abad o su mentor, el ex gobernador Daniel Salvador esgrimen algún argumento interesante que lo diferencie de su adversario en la interna por la conducción del partido, Gustavo Posse. Es que el intendente de San Isidro asegura en todo momento que piensa seguir trabajando para consolidar la alianza (lo mismo que Abad plantea) pero que lo haría con la UCR en un rol más acorde a su peso electoral y trayectoria política.