“Yo soy la voz de las que callan o de las que son intimidadas por sus pares. Hoy vengo a preguntar: ¿quién nos vino a consultar a nosotras, las mujeres que vivimos en la villa, cuáles son nuestras prioridades?”, desafió Johanna, en un momento del Encuentro Navideño de Mujeres de las Villas del Conurbano.
Recordó que la inseguridad, que no está al tope de la agenda política, se cobró la vida de su padre este año. “También nos dimos contención por nuestros muertos, sin poder despedirnos, asustadas por la inseguridad –describió-. Porque les cuento que mañana se cumplen 5 meses de que asesinaron a mi papá. Lo mataron. Y nadie me vino a dar una respuesta. Eso es lo que yo quiero discutir”.
Enumeró luego los otros temas que las preocupan: “¿Y la educación? En estos 9 meses nos hicimos de figurita para que nuestros pibes estudien. Sin celular, sin internet, sin fotocopias. Y también quiero discutir de la salud”, agregó, en obvia referencia a uno de los argumentos preferidos de los que promueven la legalización del aborto: que es un tema de salud pública.
“A cada funcionario, político o activista a favor del aborto los invito a que vengan a pedir un turno en nuestras salitas de la villa. Que vengan a hacer fila a las 4 de la mañana para que a las 8 le digan que no hay, que la ginecóloga falta o que la pediatra está enferma. La mujer de la villa no quiere abortar. No le gusta el aborto. Quiero que nos dejen de usar para sus intereses. Quiero que sepan que la mujer de la villa recibe la vida como viene”, afirmó.
Leer completo en Infobae
