Desde hace meses, varios candidatos de Maximiliano Abad abandonan sus filas para sumarse al armado del intendente Gustavo Posse. El marplatense es la apuesta de María Eugenia Vidal para manejar el radicalismo bonaerense ante la falta de armado propio.
Si de aquí a marzo continúa la merma de seguidores, Abad podría hasta terminar en ridículo, ya que para adentro del arco político se ufanaba de estar 70/30 arriba y esos números, hoy, parecen muy distantes de la realidad.
La preocupación del entorno cercano a Vidal sería importante, ya que haber apostado todo al marplatense y enfrentar una posible derrota, podría dejarla debilitada para la puja de lugares en las listas de 2021.
Ya son varios los que se apuntan para la gobernación en 2023 (Monzó, Santilli y Carrió) y una candidatura a presidenta sería difícil de sostener con Larreta como el más serio candidato para enfrentar al kirchnerismo y por no tener armado territorial propio en la provincia que gobernó por cuatro años.
Abad, que siempre fue esquivo a ir como candidato a intendente, se expone por primera vez como cabeza a una elección donde se mide su cintura y capacidad de armado territorial más allá de Mar del Plata, su ciudad.
Este oscuro panorama para Abad y el vidalismo se debe en gran medida, al trabajo permanente que Gustavo Posse está haciendo distrito por distrito. Además de contar con el apoyo de sectores fuertes y representativos del radicalismo puro, el intendente de San Isidro estaría saliendo bien parado de todos los encuentros con referentes de las localidades del interior, incluyendo a varios de los que responden a Abad.
En Luján, diez de los doce candidatos de una lista de Abad se bajaron para pasarse a las filas de Posse: “Las expectativas que tenemos con Gustavo Posse son muchas porque tiene una larga trayectoria en política y militancia, además de tener sus objetivos claros que es lo que necesita hoy el radicalismo para volver a ser protagonista”, señaló el dirigente Gustavo Paredes.
Para finalizar, Paredes señaló que “el partido requiere de dirigentes con espalda y cintura política para poder estar a la altura de las circunstancias en las elecciones del año que viene”.
En Mercedes, la dirigente y ex candidata a intendente, Julia de Paola, se bajó de la candidatura provincial en la lista del oficialismo que lidera Abad y se sumó a la Lista 14 que conduce Posse. De Paola aseguró que la conducción de la UCR necesita dirigentes que “tengan una postura más fuerte dentro de la estructura de Juntos por el Cambio”.
También en Mar del Plata, su territorio, Abad tuvo varias bajas. El Ateneo Leandro N. Alem retiró sus candidatos de la lista de Abad por considerar que no se habían respetado los acuerdos previos y no eran atendidos por el oficialismo para discutir la situación.
La contracara a la situación de Maximiliano Abad la vive Gustavo Posse, que el próximo lunes se presentará en Mar del Plata junto a Casella, Storani y varios referentes del radicalismo. Además de los históricos dirigentes del radicalismo, Posse cuenta con el apoyo del sector de Martín Lousteau.
En lucha por el control del Radicalismo Provincial, Abad y Posse continúan con recorridas por el interior de la provincia. La fecha de la interna es el 21 de marzo.