Lo que Ginés González considera inaceptable sería reconocer por contrato que la responsabilidad por el estado y conservación de la vacuna por porte de la farmacéutica termina al momento de entregarla al Gobierno Argentino. Esto sería porque la empresa cree que Argentina no tiene la infraestructura necesaria (como decenas de otros países, incluídos Chile) para mantener la cadena de frío a -80 grados.

Para no tener que blanquear la situación, el ministro llevó el tema a formas poco serias:

«mis temores son que la producción se les cayó a la mitad de lo que tenían como hipótesis productiva, no quiero pensar mal, pero no quiero que no correspondan con la actitud que tuvo el Gobierno argentino»

«Les hemos pedido que revieran toda esa circunstancia porque la voluntad política de Argentina es tener todas las vacunas. La prioridad es cuándo la íbamos a tener», y remató: «Ellos cambiaron las condiciones»

«Cuando yo afirmaba que íbamos a tener algunas vacunas en diciembre», se refería, entre otras a Pfizer, que podría haber estado disponible después de febrero -agregó- «teníamos (previsto) acceso a otras vacunas más fáciles desde el punto de vista operativo, porque es muy difícil hacer una vacunación masiva con una vacuna de esas características», en alusión a la cadena de frío que necesita la vacuna estadounidense.

Además de Estados Unidos, son seis las naciones que aprobaron el uso de emergencia de esta vacuna contra el coronavirus: Reino Unido, Bahréin, Canadá, Arabia Saudita, México, Estados Unidos y desde mañana se sumará Chile.