El diputado de Cambiemos, Guillermo Castello, se transformó hoy en el primer pasajero de Uber en Mar del Plata, luego de que los gremios amenazaran con generar un clima peor que en Capital Federal contra los choferes de Uber y la empresa.

Castello presentó un proyecto para habilitar la llegada de Uber y servicios similares en la provincia de Buenos Aires ( en Mendoza está legalizado ) pero al mismo tiempo, dentro de un estricto marco regulatorio. Ese marco regulatorio deja sin argumentos a los taxistas y remiseros que ya no pueden hablar de servicio inseguro e ilegal y sólo pueden mencionar que “no alcanza para que ganen todos”.

Tanto legisladores de distintos partidos políticos, incluso de Cambiemos, además del intendente de la ciudad, salieron a dar apoyo a los sindicalistas que presionan fuertemente amenazando con ejercer la violencia si se permite el ingreso a Uber y dejan trabajar a los 11.000 marplatenses que se inscribieron como choferes.

Con esta acción, Castello demuestra que no piensa achicarse ni adaptar su trabajo como legislador a las pretensiones de sectores corporativos y menos de violentos como se han mostrado y expresado los gremios en la provincia y en particular en Mar del Plata. Vale recordar que Castello pertenece al espacio de Elisa Carrió.
Claramente, la forma de encarar los temas hasta el final no sólo refleja la personalidad de Castello sino que tiene mucho que ver con la forma de encarar las batallas políticas e ideológicas que Carrió suele llevar adelante.

Varios sondeos reflejaron que el 75% de los vecinos encuestados está a favor de la posibilidad de poder elegir el servicio que desean utilizar. Taxis, remises, Uber, Cabify y cualquiera que dé empleo y la posibilidad de brindar mejores servicios.