Representaron una herramienta de política monetaria a corto plazo que apuntó a bajar la demanda del dólar y, consecuentemente, su cotización a través de una tasa de interés atractiva en pesos.

El Gobierno cerró el último capítulo de las Letras del Banco Central (Lebacs), un instrumento financiero que llegó a generar un stock superior al billón de pesos, y que tuvo su punto final con el vencimiento de $68.618 millones que fueron liquidados en el mercado.

El máximo nominal de Lebacs en stock se registró en marzo de este año, cuando el saldo promedio ascendió a $ 1,253 billones, casi un 10% del PBI, de acuerdo a información suministrada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

La saga de las Lebacs tuvo su capítulo inicial a mediados del 2002, en consonancia con una corrida bancaria que se tornaba insostenible y en un escenario de crisis política-institucional por el default y la posterior devaluación tras la salida de la convertibilidad. En aquel entonces, bajo la presidencia de Mario Blejer en el Banco Central, las Lebacs llegaron a tener rendimientos del 140% para potenciar la demanda de pesos y bloquear la escalada del dólar.