Además, para el 2017 la autoridad monetaria acordó con el Poder Ejecutivo Nacional una transferencia de recursos de 150.000 millones de pesos, mientras que el principal instrumento de política monetaria será la tasa de interés central del “corredor” de pases en pesos a siete días de plazo, que reemplazará la Lebac a 35 días de plazo que hasta el momento es utilizada al momento de determinar el costo del dinero en la plaza local.
Estas precisiones están contenidas en los “Objetivos y planes respecto del desarrollo de la política monetaria, financiera, crediticia y cambiaria para el año 2017-Programa Monetario”, dado a conocer esta tarde por la entidad que conduce Federico Sturzenegger.
El Banco Central, de acuerdo con lo establecido en el artículo tercero de su Carta Orgánica, tiene como primer objetivo “velar por la estabilidad monetaria”, por lo que en el contexto actual, la principal prioridad pasa por lograr “la disminución de la tasa de inflación para cumplir con las metas de inflación de entre 12% y 17% para 2017, de 8% a 12% para 2018 y 5% para 2019”.
El segundo objetivo es “asegurar la estabilidad y crecimiento del sector financiero”, mientras que el tercer pilar consiste en fomentar la bancarización y formalización de la economía, con el fin de facilitar la función del dinero electrónico como medio de pago.
En lo que respecta al primer objetivo, el Banco Central sostuvo que “lograr una inflación baja y estable es la mejor contribución que se puede hacer al desarrollo económico con equidad social”.
“Desde el punto de vista distributivo, reducir la inflación contribuye a la equidad social ya que el impuesto inflacionario es muy regresivo”, agregó la entidad monetaria.
En base a las proyecciones existentes, el 2016 cerrará con una inflación de entre 40 y 45%, en base a las mediciones relevadas por la Dirección de Estadística porteña y su homóloga de la provincia de San Luis.
Al respecto, en base a los datos aportados por el Indec -que retomó la medición del IPC en mayo pasado- “la evolución de la inflación en el año 2016 deja a la sociedad bien posicionada para el logro de la meta de inflación de 2017. Durante el último semestre de 2016 la inflación mensual promedio se ubicó ligeramente por debajo del 1,5% mensual, equivalente a 19% anual”, enfatizó el organismo monetario.
De cara a 2017, la entidad reconoció que -en base a las expectativas relevadas por el BCRA a principios de diciembre entre analistas económicos- la proyección de inflación “aún se encuentra por encima de la meta establecida, tomando un valor de 20%”.
“Sin embargo, el BCRA espera que las mismas converjan a las metas de inflación a medida que los registros mensuales del año próximo consoliden la tendencia decreciente registrada a fines de 2016”, subrayó el documento.
Un elemento que guarda estrecha relación al momento de proyectar la inflación es la discusión salarial. A modo de ejemplo, el Central citó la reciente negociación registrada en la Provincia de Buenos Aires donde el gobierno y determinados sindicatos pactaron un incremento de 18% anual, con la posibilidad de volver a discutir ese porcentaje en caso de que la suba de precios se desvíe de la evolución prevista inicialmente para los salarios.
Sobre este último punto, los analistas económicos proyectan para 2017 que las paritarias van a cerrar en torno al 25%, a partir del convencimiento de que la inflación estará más cerca del 20% que el 17% proyectado por la autoridad monetaria.
El Programa Monetario también señaló que “la dominancia fiscal, es decir, el financiamiento del déficit del Tesoro con transferencias del Banco Central, es la causa principal de la inflación”.
“Al igual que en 2016, la dominancia fiscal se ha quebrado a través de un acuerdo entre el BCRA y el Poder Ejecutivo Nacional. Para el año 2017 la autoridad monetaria acordó con el Poder Ejecutivo Nacional una transferencia de recursos de ciento cincuenta mil millones de pesos ($150.000 millones).
La misma representará aproximadamente un tercio, en términos reales, de la magnitud que exhibía en 2014”, enfatizó el documento.
El Central también ratificó la continuidad de la emisión de “instrumentos de esterilización” para mantener el equilibrio en el mercado de dinero y que, en ese contexto, en 2017 “la expansión monetaria asociada a las transferencias al sector público será inferior al aumento de la demanda de dinero esperado”.
Esto último permitiría incluso, reducir los pasivos no monetarios del Banco Central compuestos por pases pasivos, Lebac y Nobac.
Enfatizaron también que “el principal instrumento de política monetaria que utilizará el BCRA en 2017 será la tasa de interés central del “corredor” de pases en pesos a siete días de plazo”, que reemplazará a la Lebac a 35 días de plazo tomada en la actualidad como referencia.
“Tal corredor está delimitado en su piso o valor mínimo, por la tasa de interés de pases pasivos (a la cual el Banco Central recibe depósitos de las entidades financieras a siete días de plazo), y en su techo o máximo, por la tasa de pases activos (a la cual el BCRA presta fondos a las entidades financieras a siete días de plazo). La tasa de interés central del corredor será decidida semanalmente por el Consejo de Política Monetaria de la institución, integrado por el Presidente, el Vicepresidente, el Vicepresidente segundo, el Gerente General, el Subgerente General de Investigaciones Económicas y el Subgerente General de Operaciones del BCRA”, enfatizó la entidad.
Los pases activos son operaciones de venta de títulos a cambio de fondos, que las entidades financieras acuerdan con el Banco Central con el compromiso de recompra de esos títulos al cabo de un plazo determinado, en este caso siete días, al mismo precio más un interés (el cual se calcula a partir de la tasa de política monetaria más un spread).
A modo de cierre, el documento señala que “Argentina tiene un sistema financiero sólido, que opera bajo un adecuado marco de regulación y supervisión, pero que sigue siendo pequeño. El sector cuenta así con un considerable margen para crecer en los próximos años y ser más inclusivo, brindando una mayor igualdad de oportunidades en el acceso a financiamiento de proyectos de empresas y familias, y así propender al desarrollo económico”.
También proyectan avanzar en su objetivo de incrementar el financiamiento al sector productivo, ampliando las alternativas de utilización de los depósitos en moneda extranjera, buscando reducir los costos y extender los plazos de otorgamiento del crédito a empresas, sin descuidar el potencial surgimiento de descalces respecto a los ingresos de los tomadores de este tipo de créditos.