El coloquio privado en la sala de la Biblioteca duró 10 minutos, ante la presencia de un intérprete francés.
El Pontífice, que tenía también un poco de tos y habló con voz muy baja, saludó luego a la numerosa delegación, entre los cuales se encontraban los cinco hijos del presidente del país africano.
El presidente de Madagascar regaló al Papa una pequeña cruz pectoral de oro y el Pontífice le entregó un objeto de bronce, con la vista del proyecto original de la basílica vaticana y una copia de su exhortación apostólica «Evangelli gaudium».
Por la mañana, recibió en audiencia al cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los obispos y más tarde recibió en audiencia a la delegación del Patriarcado ecuménico de Constantinopla y al presidente del Consejo pontificio para los operadores sanitarios.
«Está vivo en mi mente y en mi corazón el recuerdo de los encuentros que mantuve recientemente con el amado hermano Bartolomé», afirmó el Pontífice, consignó la agencia ANSA.
Francisco evocó los recientes encuentros, tanto en Tierra Santa como en el Vaticano, con el patriarca ecuménico de Constantinopla durante la audiencia a la delegación de la «Iglesia hermana», llegada a Roma en ocasión de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Paolo del 29 de junio.
Francisco pidió mirarse recíprocamente «con los ojos de la fe» y «no por lo que las consecuencias históricas de nuestros pecados nos llevaron a ser».
Ese fue el auspicio, tendiente a «caminar juntos por el camino hacia la plena unidad» entre la Iglesia católica y la ortodoxa, que el papa Francisco expresó en su discurso a la delegación del patriarcado ecuménico de Constantinopla.
Al término de su discurso, pronunciado con voz baja pero firme, el Papa además de enviar sus saludos al patriarca Bartolomé, invitó a los delegados de Constantinopla a «seguir orando por mi y por el ministerio que me fue confiado».
El viernes, el vocero vaticano Federico Lombardi había informado que el Papa mantenía su agenda para el fin de semana y que no existían motivos para preocuparse por su salud.
Bergoglio canceló ayer una visita que tenía programada al Policlínico Gemelli de Roma por una «indisposición» y si bien no explicó las causas, Lombardi dijo que el Papa estaba bien de salud.
El 19 de junio pasado, el Papa renunció a participar en una procesión a pie por la festividad de Corpus Christi en Roma y se trasladó en un vehículo.
También, diez días antes había suspendido algunas audiencias previstas por una «leve indisposición», al igual que el 28 de febrero cuando sufrió unas «décimas de fiebre», informó entonces Lombardi.