Los obispos de todo el mundo tratarán en octubre en el Vaticano las nuevas situaciones sociales en la familia, como la de los divorciados, las parejas de hecho y de homosexuales, y los métodos anticonceptivos.
Estos temas serán abordados por los obispos en la próxima asamblea extraordinaria que se celebrará del 5 al 19 de octubre bajo el lema «Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización», informó la Santa Sede.
En un documento que servirá de base al Sínodo, se resalta la preocupación de los obispos por las «practicas afianzadas» de los divorcios, convivencias, uniones homosexuales, o las llamadas «familias ampliadas».
Además, en el texto se señala que los escándalos sexuales, como la pederastía, y la incoherencia del estilo de vida de algunos religiosos, tuvo como consecuencia «una relevante pérdida de la credibilidad moral» de la Iglesia, consignó la agencia Efe.
Esos asuntos están recogidos en el «Instrumentum Laboris» (documento de preparación) que fue presentado hoy a la prensa en el Vaticano.
El texto, de unas 70 páginas, recoge las respuestas de los fieles sobre las preocupaciones, reflexiones y experiencias de los obispos, pero sobre todo los interrogantes y dudas que puedan resolverse en el próximo Sínodo, cuyo tema eligió personalmente el papa Francisco.
En una primera parte, trata sobre cómo comunicar las enseñanzas del Evangelio a las familias de la actualidad y cómo formar a los sacerdotes, partiendo de la «ley natural» de que la familia se basa en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
Por ello, en el documento se resalta la preocupación de los obispos por esas «practicas afianzadas».
La segunda parte introduce lo que se llaman «los nuevos desafíos» para la Iglesia católica y se enumeran los problemas para la familia actual como, «la debilidad de la figura paterna», «la violencia» en el seno de la familia sobre las mujeres y los niños, así como ludopatía, alcoholismo, o incluso «los ritmos de trabajo intensos» que impiden dedicar atención a los hijos.
El documento también aborda lo que llama «situaciones pastorales difíciles» al hablar de convivencias y uniones de hecho que, según los obispos, se deben «a la escasa formación del matrimonio o la concepción del amor como un hecho privado».
Otro de los temas que afrontarán es el de los divorciados y se debatirá sobre la posibilidad de «agilizar» o «simplificar» los casos para declarar la nulidad matrimonial.
Sobre la posibilidad de que los divorciados puedan volver a comulgar, algunas conferencias episcopales han pedido «misericordia, clemencia e indulgencia».
Respecto de las uniones homosexuales, las conferencias episcopales se oponen a cualquier legislación que las permita, pero se destaca que las enseñanzas católicas piden «un comportamiento respetuoso y que no juzgue a estas personas».
Se expresa también una oposición rotunda a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, pero se insta a que los hijos de estas parejas que pidan el bautismo «sean acogidos con el mismo cuidado, ternura y dedicación» que los demás.
La tercera parte está dedicada a la llamada «apertura a la vida y responsabilidad educativa» y se detiene sobre todo en los «métodos contraceptivos» y las dudas de los fieles, pero también los obispos «piden explicar mejor las posiciones de la Iglesia» respecto a temas como la prevención del SIDA.